En medio de las alarmantes predicciones de sequía para 2025 en Chihuahua, los bioestimulantes agrícolas emergen como una solución fundamental frente al estrés abiótico causado por la falta de agua y las altas temperaturas, problemas exacerbados por el cambio climático. Estas herramientas innovadoras están diseñadas para potenciar la resistencia de los cultivos mediante el fortalecimiento de sus mecanismos naturales de adaptación.
En particular, los compuestos bioactivos derivados de aminoácidos libres, carbohidratos de cadena corta y extractos vegetales ricos en fitohormonas juegan un papel crítico. Estos componentes mejoran procesos fisiológicos esenciales, como la regulación de la apertura estomática, la acumulación de osmoprotectores y la síntesis de antioxidantes. Por otro lado, extractos de especies vegetales resistentes al estrés hídrico contribuyen al balance hídrico de las plantas al promover un desarrollo radicular más profundo y eficiente, optimizando la captación de agua en suelos secos.
Además, productos desarrollados con tecnologías avanzadas que incorporan extractos de algas marinas y moléculas fenólicas han demostrado ser efectivos en cultivos clave como alfalfa, chile y cebolla, donde los beneficios se reflejan en una mayor tolerancia al estrés térmico y en el mantenimiento de la calidad del cultivo, incluso en condiciones extremas
Finalmente, entre las alternativas disponibles en el mercado destacan productos como AV5G, que potencia la tolerancia al estrés a través de sus fitonutrientes específicos, y Juniperus, cuya formulación única promueve un balance hídrico óptimo y resistencia a altas temperaturas. Estas tecnologías, diseñadas por Agroenzymas, representan un paso hacia la sostenibilidad agrícola frente a los desafíos climáticos.