Delicias, Chih. – En plena etapa de braceo, el cultivo de chile atraviesa una de sus fases fenológicas más determinantes para definir su potencial productivo. En este contexto, especialistas en fisiología vegetal y productores del estado coinciden en la importancia de aplicar biorreguladores de crecimiento y bioestimulantes de alta tecnología para garantizar un desarrollo estructural óptimo y sostenido.
Uno de los productos que ha cobrado protagonismo en esta etapa es Agromil Plus, cuya formulación se basa en CPPU, una citocinina de última generación reconocida por su alta potencia fisiológica. Este compuesto estimula directamente la formación de yemas laterales, favoreciendo el desarrollo de nuevos brazos en la planta, lo que se traduce en mayor número de flores y, en consecuencia, una producción significativamente superior de chiles por planta.
“El braceo es el momento donde se define el potencial ramal de la planta. Si no se estimula correctamente, el cultivo puede quedar corto en floración y rendimiento. Con Agromil Plus, aseguramos más estructuras reproductivas y más frutos en cada planta”, explicó el Ing. Carlos Castro, Gerente Comercial de DYSEA en el video testimonial.
Sin embargo, para que esta estimulación hormonal tenga su máximo efecto, los expertos recomiendan aplicar Agromil Plus en conjunto con AV5G, un bioestimulante de tercera generación desarrollado a partir de extractos de cianobacterias, extractos microbianos y extractos de plantas terrestres. Esta formulación única fortalece la fisiología del cultivo y permite que la planta mantenga su vitalidad y eficiencia metabólica aun bajo condiciones de estrés climático, como calor extremo, viento o falta de humedad.
La aplicación recomendada de ambos productos es foliar, a razón de 0.5 litros por hectárea cada uno. En el caso documentado por DYSEA, los primeros resultados fueron visibles apenas 5 días después de la aplicación, con un notable incremento en la formación de nuevos brazos, hojas más vigorosas y una planta visiblemente más activa.
Este enfoque integrado, que combina regulación hormonal con bioestimulación de amplio espectro, se perfila como una estrategia clave para los agricultores que buscan optimizar su producción de chile en los campos del norte del país.
“Más ramas, más flores, más chiles. Y con una planta fuerte, las posibilidades de alcanzar el máximo potencial de cada hectárea aumentan de forma contundente”, concluye el reporte técnico.